15 may 2009

FRV 100

De las mejores gamay de Terres Dorées, al sur de Beaujolais, en Charnay, elabora Jean Paul Brun este FRV 100, un espumoso rosado y original.
Límpio el mosto después del prensado comienza a fermentar, con levaduras de la casa hasta
alcanzar los 6º de alcohol y se para con frío.
Después de una semana de decantación, se embotella y comienza de nuevo la fermentación natural que queda inhibida por la subida de presión cuando alcanza los 7,5º.
Este proceso dura uno o dos meses. Luego se vacían y se lavan las botellas y el vino se vuelve a embotellar y cerrar con el tapón definitivo. Es el método ancestral.
El resultado es un vino de 7,5º, espumoso y ligeramente dulce. (40 gr/l.).

La parte subjetiva:

Si no hubiera descubado a horquillo millones de kilos de uva ya fermentada, diría que los aromas de FRV100 me recuerdan al elegante e intenso aroma de los muebles de ébano, pero el recuerdo festivo y de alegría que nos inhundaba cuando pisábamos mosto, después de dos horas con el oxígeno racionado, lo tengo tatuado en los sentidos.
Eso es el "Efervegsant", un vino de fiesta sencillo y elegante que evoca para unos las uvas recién fermentadas y para otros la elegancia y exquisitez de la sala de piano de cola.
Alegres tragos con elegancia para este verano.

2 comentarios:

IGLegorburu dijo...

Me recordó un poco a los Moscatos que te dan para limpiarte la boca cuando te has tomado antes unos cuantos Barolos recios. Y eso se agradece siempre.

Pero hijo, con el Morgon, Côte de Brouilly, Fleurie...deliciosos. Y eso que no estaba el Moulin-à-Vent :-)

Un placer.

Un saludo

www.ino dijo...

Cierto.El "Efervesant" es muy agradecido para apagar los ardores de las catas lúdicas de lo que sea, que tanto proliferan.
Un buen trago y luego otra media docena de supertánicos requemados, recién salidos de la barrica para apuntar a la lista del "yo he probado".
Quizás la virtud de ese vino, si es que se le puede llamar vino por el grado alcohólico, resida en la sencillez y buena acogida que puede tener entre la gente que sólo pretende beber y disfrutar con el vino y que lamentablemente, por lo que veo/leo,no es demasiado abundante.
Lo que sí es una pena es que haya sido el primer vino del primer pedido de Brun con más rotación y que amenaza con rotura.Algo que merece la pena considerar.
De los tintos C. de Brouilly, Morgon y Fleurie pienso que el tiempo jugará muy a su favor con su delicada y personal sutileza.
Para el vendimia tardía no tengo palabras. Bueno, sí: In extremis.

Un abrazo