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24 feb 2010

Terroir en el Salon.

La segunda jornada iba a resultar agotadora. El amigo Pascual había accedido a recomendarnos un par de buenos viticultores de Anjou que estuvieran presentes con sus vinos en el Salón. Y ese día, que para nosotros iba a ser el último de la fería, no podíamos desperdiciar el precioso plantel.

Vincent Ogereau nos abrió las puertas agradecido y con sus grandes manos nos sirvió en las copas toda su gama de Anjou, Savennières y Coteaux du Layon. Aquel botritizado del 1996, Clos des Bonnes Blanches, no lo pude escupir.
Luego una vertical de muscadet de Pierre Luneau Papin, desde 1982, me pilló a traición. Sorprende como evolucionan los vinos de la melon de bourgogne.
Los Vouvray de François Pinon marcando terroir y ph y la sutil elegancia de los de F. Chidaine, también con sus Montlouis, los probamos a la carrera porque la visita a sus respectivas casas la teníamos programada para los días posteriores, lo mismo que D. Huet y D. Landron.

Los rústicos tintos amables que cultiva y elabora Emyle Heredia en Coteaux de Vendômois y el Roches Neuves de Thierry Germain en Saumur ¿O estos fueron el día anterior y este día hubo más? Es lo que tiene no tomar nota sobre el terreno, pero claro no se puede estar a todo a la vez.

Así que tomando aire y agua, llegamos a Domaine de la Bergerie, otra recomendación de Pascal.
Anne Guégniard comprendió la situación y accedió, con mucho tino, a servirnos unos 10 vinos entre secos y molleux. Sólo lo más representativo de su bodega, le había pedido. Elegantes y profundos Anjou y Savennières blancos secos, un apetecible y fresco Rosé de Loire y el nada empalagoso Cabernet d´Anjou. Un joven muy prometedor Anjou tinto, unos moelleux Coteaux du Layon y Quarts de Chaume que se situaron entre lo más alto en mi escala de valores, dentro de la categoría de vinos dulces.

Ya de retirada volvimos a pasar por el mostrador de Thomas Labaille donde, esta vez sí, pudimos comprobar que sus vinos de Chavignol resultan tan auténticos como él.

La fase más intensa de la maratón de vinos había terminado. Con las libretas repletas de notas, los bolsos de papeles desordenados, la cabeza de ideas, frases y expresiones trilingües y la boca en carne viva, nos retiramos al chalecito con barbacoa donde nos esperaban nuestros vinos y los quesos para ir ordenandolo todo un poco.

Aquella misma noche anoté:
"Sí, está bien este vino, pero no es un sancerre y lo que quiero es un sancerre" Hablaba con espontaneidad monsieur Gitton de uno de sus vinos, sin ánimo de representar el papel de vigneron ideal con un discurso aprendido. Y ojo, que cuando alguien está convencido de lo que dice y lo demuestra con lo que hace, se nota. Además tampoco tenía motivo. Incluso ni se percató de que sus palabras se me habían descargado en el escritorio.
Ésto me llegó a mi alma riojana. Todavía estoy haciendo memoria, imaginando que otro viticultor bodeguero conocido podría haber dicho y hecho algo semejante.

Luego leo aquí ésto, que según mi interpretación literal resultaría más o menos así:

El concepto AOC se materializa en el concepto de terroir
El concepto de AOC está basado en la asociación de un territorio, de una o numerosas variedades y de un savoir-faire.
Esta peculiar asociación confiere a los vinos unas características inimitables porque no son transferibles a otros lugares.
De esto se deduce que el vitivinicultor debe de estar al servicio de su terroir y tanto la elección de las variedades como las prácticas enológicas deben fortalecer la expresión a través del vino.

Y es que no en vano el lema del salón para este año fue:
Toute la richesse d'un terroir mise en lumière
Definitivamente, Loira y Rioja son modelos distintos.

17 feb 2010

¡Qué grande es el Loira!

Entre los placeres que más disfruto de los viajes está el de volver al origen, a casa. Aquí, las cosas son como son, más o menos inmóviles, pero al tomar perspectiva resultan más interesantes. Pequeños detalles de nuestro entorno que por costumbre pasan desapercibidos a la vuelta parece uno estar arrastrado a buscarles un sentido.

Un pequeño paseo por el Loira, entre Vouvray y Nantes, observando las viñas y probando algunos vinos del entorno y ya echaba de menos las montañas. Un mar de tierras, el horizonte abajo.

Cuando uno llega a una zona vitívinicola de madrugada y mira a través de los cristales del tren, quiere encontrar sobre todo viñas, en casi monocultivo, como aquí y ahora en La Rioja me imaginaba. Pero juro que entre los 200 kilómetros que separan Blois de Angers, lo más parecido a una viña que ví por la ventanilla fue un corro de manzanos enanos que destacaban entre la inmensa llanura por la que se deslizaba el manso y cada vez mas caudaloso río.

Ya en la estación lo primero que pregunté fue por las montañas y las viñas, pero había una cita en el Parc des Expositions de Angers donde cada año, a primeros de febrero se reunen la mayor parte de viticultores y elaboradores de las 69 AOC que conforman esa identidad alrededor del milkilométrico Loira y que en 70.000 has. de viñedo produce unas 400 millones de botellas de vino.
En los mástiles de la puerta principal no faltaban las banderas de Reino Unido y Bélgica, paises receptores de la mitad de las exportaciones de vinos de Loira, pero el 80 % de la producción se bebe en Francia.
Allí estaban 600 expositores con sus vinos representando a las 7000 explotaciones vitícolas del Loira y aún con unas cuantas pautas anotadas en la agenda, resultaba irrestible dejarse arrastrar. Y es que las ferias de vino, tantas veces imprescindibles, suelen resultar agotadoras salvo que uno posea una ferrea disciplina sobrehumana, el calor de las personas y de los vinos derriten cualquier agenda por diligente que sea.

Un vistazo general al pabellón y el aroma del sílex roto por los golpecitos de un cantero nos atrajo. Curiosa forma de perfumar el ambiente, comentamos mientras levantabamos la vista y leíamos Domaine de La Pépière. Allí, a pocos metros estaba Marc Ollivier con su barba salvaje y su mirada tranquila, inteligente y noble, compartiendo con nosotros sus brillantes y esbeltos muscadet cargados de nervio.

Magnífica entrada que no traía en el guión. Y es que esto de las ferias...
Ya había hecho la promesa de no volver a pisar ninguna. No se disfruta del vino y casi tampoco de las conversaciones, muchas veces comprometidas por la situación. Con mucho ejercicio uno puede llegar a hacerse una idea de los vinos y de las cosas, pero la saturación y la ansiedad constante impide profundizar hasta el nivel que uno verdaderamente quisiera.

Ya estábamos en el Salón con el postgusto de los muscadet, y de frente: Pascal Gitton. Éste sí venía en la agenda, tanto que el viernes teníamos previsto recorrer los 350 kilómetros que separan Angers de Sancerre para conocer su viñedo y su bodega. Olisquear las cepas de sauvignon jaune de La Vigne du Larrey, origen del amable vino que tanto me gusta, pasear por Belles Dammes y de una vez por todas intentar conocer, al menos, el nombre de todos sus vinos. los Sancerre, los Poully Fumé, los Poully sur Loire, los Côteaux du Giennois y los Côtes de Duras.
Pero ni el viernes viajamos a Sancerre y ni siquiera conocimos el nombre de todos sus vinos. A cambio tuvimos el placer de pasar excelentes momentos con Pascal, su esposa y su equipo descorchando viejos sauvignones elaborados desde los años ochenta que guardaban toda su personalidad .
Convencidos de que nos haría falta todo un viaje especifico de acercamiento a la magistral viticultura y enología que profesa Gitton, anotamos la cita en la libreta de los deseos.

Luego, sec, demi-sec, moelleux, fines bulles, cremant y méthode traditonelle elaborados con chenin blanc de Vouvray, de Montlouis, de Anjou, de Coteaux du Layon, de Sauvennières. Muscadets, sauvignon blanc y jaune de Sancerre, de Poully Fumée. Rosé de loire, Cabernet d´ Anjou. Tintos a base de gamay, de cabernet franc, de malbec. Etc. Y todo concentrado en unas horas. ¡Qué despilfarro! Pero allí estábamos, probando y probando como niños en el palacio de los juguetes.

El primer día había resultado agotador y nos merecíamos una buena recompensa. Así que echamos el cierre para pasar por el hiper a comprar unos quesos y disfrutarlos en nuestra casa rural con barbaoa dónde nos esperaban un Martínez Lacuesta Reserva Especial de los años 60 ó 70, otra botella con restos de etiqueta en la que se podía distinguir pequeños trozos de una blanca de Marqués de Murrieta y un magnum de petillant de François Pinon.
Y es que queda tanto vino por descorchar...

15 mar 2009

Sinfonía en S.B.


Esta semana hemos probado, en dos sesiones, diez de los vinos que elabora Gitton P.& F. en Sancerre y Poully Fumé.Y como de costumbre, hemos seguido su comportamiento hasta tres días después de abiertas las botellas buscando opiniones, anotando apreciaciones y sensaciones de quien pasaba por la tienda y los bebía.

Este ramillete de vinos nos ha ofrecido una didáctica perspectiva sobre el comportamiento de la sauvignon blanc en algunas composiciones, orientaciones e inclinaciones de suelos, sobre diferentes patrones en ciclos concretos que ha cultivado y elaborado Gitton P.& F. para nuestro deleite.

Distintas personas, en distintos momentos hemos disfrutado de esta sinfonía de vinos Como era previsible, cada uno hemos percibido sensaciones distintas e incluso algunas superficialmente contradictorias. Sin embargo, casi todos hemos coincidido en destacar y corroborar la diversidad de sensaciones que pueden ofrecer los vinos procedentes de una sola variedad a pocos kilómetros de distancia, cada año.

Ante la inminente reconversión y ampliación del viñedo riojano, a uno ya le desasosiega la ansiedad de probar los vinos elaborados en esta tierra a partir de la sauvignon blanc. Aunque espero no hacerlo hasta dentro de tres o cuatro años, ya me corroe oler los blancos de la cara suroeste de Valpierre, los de la falda norte de Yerga o los del límite de cultivo en la Sierra de Cantabria.

Pero no sólo de sauvignon blanc y ajustes de cuentas de resultados vive el hombre. Esta semana y como postre a los franceses, también hemos probado y compartido tres muestras que trajo Miguel Angel Ruiz, un vitivinicultor que ha disfrutado cultivando y elaborando a partir de viura, en sus corros de Ábalos. Las tres con distintos azúcares residuales que ha obtenido este invierno mediante una técnica de vino de hielo: Protegidos los racimos con bolsas de plástico, vendimió y prensó en la misma viña, el día de nochebuena, con la fruta totalmente congelada, tratando de seleccionar y desechar la uva excesivamente botritizada. Aunque dice que costó arrancar la fermentación, consiguió elaborar el contenido de un garrafón con un 14% de rendimiento uva/vino.

En la copa surgían lo aromas francos, sin excesos y límpios de la viura, esta vez evocando a los de la pera. En la boca resultó impecable. A falta de consenso sobre el contenido en azúcares residuales y tras una lluvia de ideas, cada cual mas descabellada, resultó un delicioso trago en magnífica compañía.

Otra demostración más de lo que se puede obtener a partir del cultivo de una variedad muy conocida, pero poco reconocida por estos lares.

Y así, pasamos las tardes de invierno.

21 feb 2009

Loire arriba.

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HTML clipboaDesde fin de 2008 y para este año, en Universal de Vinos, nos hemos propuesto un pequeño paseo de aproximación a la vitivinicultura que se produce alrededor del inmenso río Loire.

Un modesto plan, un bosquejo para conocer un poco más ese panorama vitivinícola, sus vinos y sus gentes.
De momento, ni nos hemos movido de casa. Recabando algo de información por la red y compartiendo impresiones con un puñado de amigos, vamos entrando en contacto con vinos, suelos, variedades y métodos. Y poco a poco con las interesantes perspectivas de las personas que cultivan y elaboran en la zona.

Comenzamos con los muscadet de Domaines de Landron y sus pagos que reportó con exactitud, nuestro querido amigo Iñaki, aquí.
Preciosos vinos bien representativos de suelos, cultivos y de la melon de bourgogne. destacar ese Amphibolite atlético y mineral y el delicado, complejo y el redondo D.L. Haute Tradition.

Sirva como anécdota la de un bodeguero, otrora más que hoy, ídolo de autores de vinos de precio y del que puedo dar fe de su loable interés por conocer y beber vinos que no sean los suyos o los de la competencia.

En un restaurante de confianza, pidió que le sorprendieran con algo nuevo.

-¿Un muscadet? Bromeó. - No conozco un gran muscadet, pero abre.

El camarero descorchó un D.L. Cuvée Haute Tradition y a media botella le preguntó por si el vino era de su agrado, a lo que el bodeguero respondió con su habitual compadreo provocador:

-Veo que vas aprendiendo de vinos.

De los 20 euros que le costaron los tragos, supongo que calló adrede, no sea que tuviera que justificar precios y costes por autorías. Dice mi amigo Pedro que algunos parecen llevar llevar el iva en los apellidos, yo no le quito razón.

Detrás de los Huet llevábamos años. Un mito para mí, desde aquel primer Le Mont molleux con que disfruté hace tiempo y del que lo único que no recuerdo fue la añada.

Grandes y originales vinos para el placer de hoy que han demostrado que el tiempo en botella juega a su favor. Sec, demisec, molleux y esta vez me estreno con un petillant sec 2001, de Huet, fabuloso, complejo fresco, amplio y mineral a la vez.. Como para beber "sin conocimiento" que se dice por aquí. Un gran trago largo de chenin blanc burbujeante.

Inmensos vinos a precios razonables.

De Vouvray y de la particular grandeza de la chenin en los de Domaine de Huet , husmeamos a partir de la sauvignon blanc. Confieso que lo que buscábamos fundamentalmente eran vinos didácticos y agradables, sin pretensiones, con demostrada evolución favorable en botella y asequibles para muchos bolsillos. Luego, si la bodega cultivaba y elaboraba tinto pues mejor. Esto último fue lo que inspiró a un amigo recién llegado de la zona a proponer la candidatura de los vinos de Vignobles Gitton Père & Fils. para nuestros fines.
La variada y compleja gama de los vinos, la eficacia en las respuestas y una larga conversación con Pascal Gitton, me han cautivado. Mr. Gitton, transmite con juicio, aplomo y espontaneidad, la sincera comprensión de los vinos que trabaja y los efectos que producen en los paladares de las personas, con una objetividad abrumadora. Escuchándolo hablar de cada vino, uno tiene la sensación de estar escuchando sobre seres vivos con comportamiento autónomo, lejos del paternalismo y la posesión.
Ya ansío esa crème foie, mano a mano con el redondo Herses d´Or de la que habló.

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Esta es la gama actual de V.Gitton P.&F. y los subrayados en color, ya están de camino.

«Sancerre blanc AOC calcaire
Domaine Gitton 2006

«Sancerre blanc AOC calcaire « Tradition » vinifiés & élevés sous bois
Amiral 2005/2007
Vigne du Larrey 2002/2003/2005

«Sancerre blanc AOC silex
Les Echeneaux 2007
Les Belles Dames 2007

«Sancerre blanc AOC silex « Tradition » vinifiés & élevés sous bois
Les Romains 2007
Les Herses 2005/2006
Les Herses d’Or 2001/2003
Galinot 2001/2005/2006
Xelis 2005


«Sancerre AOC Rosé Pinot Noir
Les Romains 2006/2007

«Sancerre AOC Rouge Pinot Noir
Les Romains 2007
Les Pommereaux 2005


«Pouilly sur Loire AOC blanc Chasselas
Chantalouettes 2004/2005/2006

«Pouilly-Fumé AOC Sauvignon
Clos Joanne d’Orion 2007
Les Péchignolles 2005

«Côteaux du Giennois AOC Sauvignon
Taureau blanc 2005/2006
Taureau rosé 2004
Taureau rouge 2005


«Côtes de Duras AOC Blanc Sec
Cht Lafon Sémillon Sec-Dry 2000

«Côtes de Duras AOC Moelleux
Cht Lafon Sémillon+Sauvignon Licoreux Sweet uniquement 50cl 1996
Cht Lafon Sémillon+Sauvignon Moelleux Semi-sweet épuisé 1998
Cht Lafon Sémillon+Sauvignon Moelleux Semi-sweet 2003

«Côtes de Duras AOC Rosé
Cht Lafon Cabernet Sec-Dry 2003

«Côtes de Duras AOC Rouge
Cht Lafon Assemblage rouge 2001/2005
Baraban Merlot 2005
Cht Lafon Cabernet Franc 2000
Cht Lafon Cab, Sauvignon 2001
Cht Lafon Malbec 1998
Baraban Malbec 2005


«Mousseux Méthode Traditionnelle
St Agouant Blanc de Blancs Brut-Dry 1997